sábado, 20 de febrero de 2010

En cartel: Zombieland

Título: Zombieland
Medio: Cine (aunque yo desgraciadamente la ví en la compu)
Sinopsis (en una línea): La invasión zombie terminó con la civilización como la conocemos. Sólo queda sobrevivir (y matar zombies).
Target: Las pelis de zombies son un target en sí mismo. Tómenlo o déjenlo.

Motivación: Adoro las pelis de Romero y soy bastante indulgente con otras del género (especialmente las divertidas, como "Shawn of the Dead").
Predisposición: Buena.
Expectativas: Ninguna. Tal vez un poco de buena acción zombie.

Mi opinión:

Creo que el furor de Left 4 Dead (y su secuela) como algunos de los juegos más exitosos de los últimos tiempos tuvo su mella en el cine, y se llama Zombieland. Despojándose del factor crítico social de Romero y sus "XX of the Dead" (si no vieron "El Amanecer", véanla por favor), tomando los elementos más modernos de "zombies" = "humanos infectados y furiosos que corren rápido" de "28 days later", Zombieland se regocija en el "y bueno... lo único que nos queda es sobrevivir y matar zombies así que veámosle el lado divertido".

La supervivencia se transforma en un juego, el juego que permite no volverse loco cuando el mundo como lo conocíamos perdió los tornillos.

Por otra parte, para todos aquellos que están (¿estamos?) esperando secretamente que el "zombie apocalypse" llegue efectivamente en algún momento de nuestras vidas, la peli es efectivamente un recordatorio de cosas para hacer y no hacer. Como la regla #31: siempre mirar en el asiento trasero de un vehículo antes de subir...

Puntaje: 8/10 (aclaración: el puntaje se circunscribe al universo "entretenimiento / película de zombies")

Entretenimiento: me divirtió mucho. Mucha acción, mucha sangre asquerosa, cero sustos. Totalmente pochoclera.

Conclusión y recomendaciones: Si no les gustan las pelis de zombies o clase B, probablemente no sea su peli. Si en cambio disfrutan del género, esta peli y su tono juguetón ciertamente valen la pena.

Reflexiones:
Uh... reflexiones de una peli de zombies... que no sean del estilo de "ningún lugar es seguro, solo más seguro"... veamos...
- La primera y más obvia. Un viejo adagio: "pelo de c... tira más que una yunta de bueyes". Son increíbles las estupideces que estamos dispuestos a hacer por una chica bonita. Debe estar escrito en los genes. Los griegos ya adoraban la belleza (si recuerdan la Ilíada, o para los menos letrados, Troya, la guerra se desata por raptar una chica bonita... en el libro además la razón de fondo es Paris declarando que Afrodita era más linda que las otras diosas, Atena y Hera, por lo cual los griegos consideran la belleza como razón suficiente para la guerra). La belleza varía de acuerdo a la época (o sus estándares) pero el culto a la belleza sigue indemne. ¿Será que en el fondo el gen egoísta sigue dominando nuestra conducta? ¿Está el inconsciente de la cultura al servicio de la selección natural?
- Ser bueno para algo depende del contexto. Otra vez la selección natural en acción. ¿Y si en lugar de tratar de cambiarnos a nosotros mismos pudiéramos buscar un entorno más acorde a nuestras aptitudes? Ser bueno matando zombies parece difícil de aplicar, pero tratar de encajar a todos en el mismo molde parece igual de absurdo. Me recuerda al discurso de Steve Jobs sobre "connecting the dots", tal vez deberíamos tener menos miedo de ser no tan convencionales y luego entender a dónde nos llevó ese camino. Calculo que la única clave se encuentra en ser inquieto y no resignarse.
- Siempre pienso esto cuando veo pelis de cárcel, de miseria, de campos de concentración o, bueno, en este caso de zombies. Podemos adaptarnos a lo que sea. Hablo del ser humano, por supuesto. En ese sentido siento que somos como los Hobbits de Tolkien, podríamos vivir toda nuestra vida con el confort y mucha comida preocupándonos de los chismes y el jardín, pero cuando el contexto cambia a algo inimaginable, nos las arreglamos para salir adelante. Es realmente poco lo que necesitamos, pero esa ansia de siempre estar un poco mejor (o esa "insatisfacción crónica") nos saca adelante. Cuando tenemos mucho, nos cuesta verlo, pero cuando no tenemos absolutamente nada (y menos), es cuando realmente vemos de lo que el ser humano es capaz para sobrevivir. Creo que esa es la misión del drama en el arte, hacernos dar cuenta de todo lo que tenemos sin tener que sufrir en carne propia la ausencia para poder valorarlo.